sábado, 4 de enero de 2014

El liderazgo y una necesidad de cambio


No se puede negar que nuestra sociedad está atravesando por una crisis desde hace mucho tiempo, cuyo contenido es de la mayor importancia y simplemente puede denominarse, la crisis de valores del hombre y de la sociedad.
La crisis puede ser planteada por la pérdida de valores y el aumento del consumo desenfrenado en que vivimos, pues se ha eliminado de parte de cada persona situaciones tan importantes como la solidaridad, la justicia, la equidad, la paz, la seguridad, el bien común y otros de igual o mayor importancia, lo cual es auténtico para la dignidad del ser humano que además de ser individuo es un ser social que afecta positiva o negativamente en la sociedad.
Antes de pensar en liderazgo, debemos evaluarnos como sociedad y buscar la renovación del hombre, del entorno y replantear la parte material, ya que esta en lugar de estar bajo nuestro control, es nuestro entorno quien está bajo el control de ella, somos subordinados por parte del materialismo gracias a intereses egoístas de anti-líderes que nos han contagiado con su egoísmo, irrespeto y poca sensibilidad hacia el ser humano. Esto está afectando directamente lo que es auténticamente humano, como la espiritualidad, lo social y el desarrollo humano que gracias a este se llega al bien común.
Sin temor a equivocarme, creo que estamos en un mundo herido de muerte, no únicamente en el plano físico, (contaminación y guerras) sino en el plano vivencial, del alma, de nuestra esencia, es triste ver que el hombre logro llegar a la luna y conquistarla y está haciendo lo mismo con el universo, pero de qué sirve todo esto si está destruyendo la tierra, y esto no solo se puede ver desde el punto de vista existencial, sino desde todos los campos, los líderes políticos solo piensan en guerras y armamento para sus países, el hombre perdió la atención ante el desarrollo humano grupal y ahora se preocupa únicamente de su individualidad, poco le importa ver sufrir a sus semejantes, las empresas solo buscan lucrarse económicamente, y ni hablar de la Iglesia, que perdió su esencia como organización y al igual que todo lo demás se preocupa por lo material.
 Con esto no busco atacar religiones ni creencias, solo trato de dar mi opinión de acuerdo a lo que vivimos actualmente donde fácilmente podemos ver que nuestro territorio llamado tierra ya es identificado como inhumano.
“Los seres humanos estamos siendo protagonistas de un proceso involutivo y autodestructivo sin precedentes.”
En la actualidad el liderazgo ha perdido su ruta y se ha visto confuso y envuelto en situaciones degradantes, este ha sido utilizado con fines deshonestos buscando la dominación del hombre sin entender que el liderazgo es una vital herramienta para el logro del bien común dentro de una sociedad.
“Sin embargo la “anticultura” de la guerra, la pobreza, el hambre, la corrupción, la explotación, el terrorismo, la criminalidad humana, la marginación, el narcotráfico y la correspondiente degradación, entre otras, son signos y síntomas que nos están hundiendo más y más en una vivencia de “antivalores”, ante lo cual el hombre, cuyo destino trascendente es su realización y bienestar, debe poner un alto”, anota Alfonso Silíceo en su libro Líderes para el siglo XXI.
Si bien es cierto que estamos en una sociedad de consumo donde el dinero y el consumismo atropella los valores familiares, también es cierto que el hombre puede sacar a relucir todo su potencial y capacidades de liderazgo, fomentando el progreso social, la unión hace la fuerza, se dice popularmente y exactamente eso es lo que un líder debe buscar, más allá del conformismo y el reconocimiento propio, se necesita incentivar, la evolución, el desarrollo y las capacidades de cada individuo de la sociedad como grupo y no como individualidad.
Trato de decir con esto que los líderes de hoy en día deben luchar auténticamente por un desarrollo integral en el que las prioridades sean constituidas por los valores humano-sociales a los que es necesario que la ciencia, la tecnología, la economía, la administración, y en general todas las disciplinas aplicadas deben servir.
Es ahora cuando el hombre debe definirse ¿Quién sirve a quién? ¿El hombre es para la ciencia y la tecnología o al contrario? Aunque es difícil creerlo y habrá quien lo ponga en tela de juicio, creo rotundamente que estamos viviendo este dilema gracias a la falta de sentido en la vida, las conductas antisociales y el cinismo del ser humano en todos los capítulos de su vida.
Con todo lo anterior, el ser humano actual deberá regresar a lo básico, recuperar la capacidad de asombro ante lo simple, reconocerse y reconocer la naturaleza humana y a partir de aquí replantear las necesidades, significados y fines de lo “auténticamente humano”, todo esto basándose en los valores sociales y universales.
Este reto, es básicamente para los líderes, para aquellos que deben marcar el camino a partir de los principios y valores que favorezcan y garanticen un futuro seguro y promisorio, en quienes debe comenzar una toma de conciencia en cinco situaciones que al ser humano suele derribar, como lo son la guerra, el hambre, la falta de educación, la enfermedad y las fuerzas de la naturaleza, de las cuales, cuatro de ellas dependen exclusivamente de las decisiones que tomen los líderes, con relación a las naturaleza es poco o nada lo que podemos hacer para evitarla.
Cabe aclarar que un líder no puede permitir ser hipnotizado por el poder, una fuerza que hace perder su sensibilidad, objetivo principal y lo convierte en insensato e inhumano.
(Silíceo)

Bibliografía

Silíceo, A. (s.f.). Líderes para el Siglo XXI. Mcgraw hill.

Por: César Taborda

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